3 ideas para ser un buen compañero de tus ideas.
El proceso creativo no es un acto antisocial sino un acto de colaboración; es una interacción entre capacidades individuales, aprendizaje y factores externos.
Orbita derredor de la construcción del «ser creativo» lugares comunes y estereotipos que lo pintan como una persona iluminada, solitaria y en comunión con las musas. La historia del hombre y de las cosas, por el contrario, nos demuestra que los descubrimientos, avances e invenciones fueron fruto de la sumatoria de voluntades.
Si bien la idea o momento Eureka es una acción individual, el resultado es posible merced al trabajo plural. En otras palabras, llegamos a una idea gracias a una conexión de ideas previas. Alimentamos nuestra imaginación y creatividad porque somos seres sociales y permeables a estímulos. El proceso creativo no es un acto antisocial sino un acto de colaboración; es una interacción entre capacidades individuales y aprendizaje y factores externos.
La relación con otras personas alimenta la innovación. Cuantos más individuos se relacionen entre sí, mayor será el intercambio de ideas y más creativas serán tales personas.
¿Cómo están tus dinámicas de generación de ideas? ¿Quieres ir por más con tu equipo de trabajo y no sabes cómo?
Pon en práctica y contágiate con estos tres consejos para impulsar el intercambio de ideas con tus compañeros y ¡pum! ¡Despega tus ideas hacia el más allá!
1. Un equipo contento es un equipo más productivo
Para muchos, el trabajo es algo agobiante y rutinario que hay que cumplir para ganar un sueldo. En los últimos años las empresas se dieron cuenta que ser positivos y propiciar un buen entorno laboral beneficia por igual a empleados y dueños. Un estudio publicado en 2015 por la Universidad de Warwick, en Inglaterra, concluye que la felicidad aumenta la productividad. «El motor que impulsa una mayor productividad es el esfuerzo redoblado… Las personas más contentas se esfuerzan más», afirma Daniel Sgroi, coautor del estudio.
Es un lugar común mencionar a Google como el paradigma de la empresa divertida y eficiente. Ellos invierten recursos, tiempo y dinero en el bienestar de sus empleados. Como sabrán, en Google encontrarán desde refrigerios gratis, gym y espacios lúdicos hasta horarios flexibles; además, es una máxima corporativa animar a sus empleados a que dediquen horas de oficina en proyectos paralelos –Gmail y Google Maps son un ejemplo de esto–. No todos tenemos la oportunidad de trabajar ahí, pero las pruebas indican que los propios empleados pueden crear un lugar de trabajo más agradable y eficiente.
El proceso creativo no es un acto antisocial sino un acto de colaboración; es una interacción entre capacidades individuales, aprendizaje y factores externos.
2. Concibe vínculos cordiales con tus compañeros
Dos factores claves de la felicidad en el lugar de trabajo son la motivación y la manutención de relaciones positivas con tus compañeros o miembro del equipo.
La felicidad resulta de creer que lo que haces es importante y benéfico para los demás. El paso primero es simple: elogiar a tus compañeros cuando el trabajo está bien hecho. Reconocer esto ayuda a que todos se sientan parte esencial del esfuerzo colectivo. Otra táctica consiste en motivar a tus compañeros. Muéstrate abierto a ofrecer consejos, comparte tus métodos o explicaciones sobre cómo abordar un proyecto a fin de ayudar al objetivo o reto creativo.
Trabaja y contagia la empatía. Es sumamente importante para centrarse en la persona
«Un grupo se convierte en un equipo cuando cada miembro está lo suficientemente seguro de sí mismo y de su contribución como para alabar las habilidades de los demás». —Norman Shidle
3. Promueve un espacio de conexión y cooperación
La motivación individual es fundamental como también lo es fomentar una cultura de apoyo y colaboración. Considera a tus compañeros como amigos –lo sé, no es fácil– y no como rivales empeñados solo en complacer al líder o conseguir un ascenso fácil. Evita culpar públicamente a un compañero por una tarea mal hecha, pues eso solo genera resentimiento y mala voluntad. En general, las personas no tratan de equivocarse a propósito. Hay que aprender del error y asumirlos como parte del proceso creativo.
«El trabajo en equipo comienza por crear confianza. La única forma de hacerlo es superar nuestra necesidad de invulnerabilidad». —Patrick Lencioni
Otra manera de mejorar tu espacio de trabajo es desarrollar la empatía con tus pares poco cooperativos o que tienen baja autoestima. Expresa tu empatía interiorizándote y preguntando con tacto a tu compañero. No te sientas obligado a dar consejos; simplemente escucha de manera activa. Indagar sobre el por qué alguien está molesto es siempre un buen comienzo. Las acciones más sencillas para fomentar la camaradería suelen ser las más eficaces.
Te invito a crear ecosistemas favorables –no «egosistemas– para el desarrollo del pensamiento creativo, para que las ideas tengan un campo fértil en donde crecer.
Crear es permitir crear. Crear es conectar.
Las grandes ideas son insistentes y estimulan la mente. Exigen acción ¡Adelante!
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