Programa tu proceso creativo en 5 pasos
La creatividad no es una cuestión de talento ni de inteligencia, sino de seguir un procedimiento.
Un colega me comentó que estaba incursionando en el mundo de Python. Pausa y silencio; mi cara de sorpresa lo dijo todo. Si a ti te pasó lo mismo, déjame decirte que Python es un lenguaje de programación, con licencia de código abierto, cuya filosofía hace hincapié en una sintaxis que favorezca un código legible 🤓 (¡Oh, Wikipedia!)
Lo miré e inmediatamente comencé a cantar Always Look on the Bright Side of Life. Pausa y silencio; su cara de sorpresa lo dijo todo. Si a ti te paso lo mismo, déjame decirte que la canción es un hit de Monty Python, seis cracks británicos dueños de un humor satírico y absurdo que vale la pena revisar.
Tablas hubiéramos firmado si esto fuese una partida de ajedrez. Pero no. Mi desconocimiento le permitió a mi cerebro unir el lenguaje de programación con una canción y de ahí saltar a una célebre conferencia que John Cleese –miembro fundador de Los Python– dio en 1991.
Porque cuando a nuestra mente le damos espacio para jugar y relacionar imágenes e información que almacenamos, estamos abriendo un portal hacia nuevas conexiones y posibilidades.
Y como los consejos que John Cleese expresó hace más de 25 años están más vigentes que nunca, me pareció una buena idea compartirlos para que cada uno pueda incorporarlos a su proceso creativo.
¿Cómo podemos ser creativos?
«La creatividad no se puede explicar. La creatividad no es un talento, es una actitud, una manera de proceder. La creatividad no es una habilidad que tengas o no tengas y no depende de tu coeficiente de inteligencia.»
El exintegrante de Monty Python afirma que la creatividad no es una cuestión de talento ni de inteligencia, sino de seguir un procedimiento. Asevera que las personas más creativas soportan el avance del tiempo; no dan por válida la primera idea, sino que continúan persiguiendo la mejor solución.
El método Cleese
Imagina un tablero y que avanzas y retrocedes casilleros, escalas posiciones o te detienes hasta el próximo turno. El proceso que el humorista sigue consta de cinco puntos que permiten o, mejor dicho, facilitan las condiciones para que el proceso creativo se desarrolle como un juego. Una dinámica de ida y vuelta entre lo que Cleese denomina «modo cerrado» y «modo abierto»
El modo cerrado es el estado en el que nos encontramos la mayor parte del tiempo. Acumulamos pendientes, el tiempo no sobra y afrontamos la presión de resolver ¡Hola, estrés y ansiedad! Así las cosas, la creatividad no es posible.
El modo abierto es un estado relajado y de incubación. Un espacio donde dejamos de lado la presión para dar onda verde al juego y a la experimentación. En este modo la creatividad tiene la única opción de fluir. Pero atención. No debemos suponer que los frutos de tal estadio sucedan sin antecedentes, como un don que se recibe sin saber por qué. Los que disfrutan de esos momentos creativos han cumplido, antes, tareas que los llevaron a esa culminación. Sabemos que la creatividad es un trabajo que conlleva tiempo, voluntad y determinación. No obstante, es recurrente la sorpresa, la aparición inesperada, la célebre iluminación.
Programa tu proceso creativo en 5 pasos y ¡pum!
- Espacio: crea un ambiente que te aleje de tus obligaciones y que te aparte del mundanal ruido. Chau, móvil, redes sociales y distracciones. Hola, tranquilidad y relax en un lugar donde serás interrumpido durante el proceso creativo.
- Tiempo (1): reserva un período de tiempo previamente determinado, desde una hora concreta hasta otra hora concreta, para llevar a cabo el encierro del punto 1. Según Cleese, se requieren al menos 90 minutos para entrar en un estado creativo. Es el momento de las preguntas, de crear asociaciones o de mirar a la nada.
- Tiempo (2): para jugar con el problema. Los individuos creativos le dan más vueltas al reto, juegan más con él, antes de encontrar una o más soluciones. Están más preparados para tolerar la ansiedad que genera la existencia de ese problema y pueden dedicar más tiempo a reflexionar.
- Seguridad: el miedo a cometer un error paraliza la creatividad. En el juego, equivocarse no tiene importancia. Este consiste en experimentar, en ser libre, en arriesgar. La irrupción, la emergencia de ideas pueden vincularse con los desbloqueos. Es decir, fuera de las presiones del pensamiento lógico, se liberan otras formas de expresión.
- Humor: nos hace divertidos. Es parte esencial de lo espontáneo y de lo lúdico. Como bien dice Quino «Comienza tu día con una sonrisa y verás lo divertido que es ir por ahi desentonando con todo el mundo».
«La creatividad no se puede explicar. La creatividad no es un talento, es una actitud, una manera de proceder. La creatividad no es una habilidad que tengas o no tengas y no depende de tu coeficiente de inteligencia.»
Usa tu curiosidad. Alimenta tu imaginación. Construye tu big data. Observa, escucha con atención plena y nutre a tu cerebro de buen contenido. Dale tiempo a tus ideas. Déjalas que maduren.
Revisando «la Wiki» me entero que Python se llama así debido a la afición de su creador por los humoristas británicos Monty Python ¿Cómo ves? Finalmente, todo tiene que ver con todo.
Crear es permitir crear. Crear es conectar.
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