La creatividad como el deseo de vivir
La creatividad no es exclusiva de ninguna profesión ni discrimina por género o edad. Tu trabajo es construir tu camino, el mejor que puedas, para comenzar el viaje con boleto de ida que es la creatividad.
El Sputnik 1, lanzado el 4 de octubre de 1957 por la Unión Soviética, fue el primer satélite artificial de la historia. En plena carrera espacial Estados Unidos descubrió que los soviéticos utilizaban un enfoque llamado TRIZ –acrónimo ruso para Teoría para Resolver Problemas de Inventiva. Una teoría de resolución de problemas y de invención, ideada por Genrich Altshuller y sus colegas desde 1946–. Los estadounidenses rápidamente reaccionaron y conformaron un equipo multidisciplinar, liderado por psicólogos, con el objetivo de desarrollar técnicas que les permitieran salir del pensamiento lógico.
El concepto que llegó hasta nuestros días de ese equipo es el conocido como «pensar fuera de la caja» y esto es lo que destaco y promulgo para afrontar los nuevos tiempos que vendrán. Porque si algo debemos aprender de esta pandemia es que a la creatividad e inteligencias múltiples hay que incorporarlas y sostenerlas en el sistema educativo desde primaria hasta la universidad.
En nuestra esencia está la vulnerabilidad y también la fuerza.
Tener problemas no está mal. Lo importante es saber precisarlos y delimitarlos. La creatividad implica romper con patrones establecidos para mirar las cosas de otra forma, asegura Edward de Bono. Cuando el problema es un pantano, un sitio de difícil acceso y salida, «pensar fuera de la caja» es un camino aceptado y ciento por cien viable para obtener soluciones e ideas fruto de una mirada fresca. Ideas que consideren el vaso medio lleno del desafío. Pero, atención con difuminar y suponer que no existen los límites al momento de darle play al pensamiento creativo. Por contradictorio que parezca, tal libertad no será un aliado estratégico para nuestros fines. El hecho de «pensar fuera de la caja» para generar nuevas soluciones para abordar el problema, es un acto que está circunscripto a «pensar dentro de la caja».
«Pensar fuera de la caja» pero dentro de una caja mayor y flexible implica aceptar que los límites son parte de la creatividad. Una concesión de reglas para romper las reglas.
La creatividad no es exclusiva de ninguna profesión ni discrimina por género o edad. El momento para darle play a la generación de ideas es ahora. Tu trabajo es construir tu camino, el mejor que puedas, para comenzar el viaje con boleto de ida que es la creatividad. En tu mochila, déjame incluir estos seis consejos que a mí me sirvieron y creo que a ti también pueden serte útiles.
- Expone y comparte lo que haces. Deja de ser un acumulador de ideas en una libreta.
- Prueba nuevos métodos o técnicas, ya sea que tengan relación con tu actividad o no. El hecho de hacer algo diferente rompe ciertas «zonas de confort» y nos estimula al desafío creativo.
- Compara tus ideas. No temas preguntar, no sientas vergüenza en pedir una opinión. Pon el tema sobre la mesa y verás como tu entorno se transforma en un círculo virtuoso.
- Aprende a aprender. El saber, en este caso, ocupa lugar; un espacio valioso y necesario para alimentar la información en los «cajones» de tu cerebro.
- Contagia a tu entorno. Transmite tu conocimiento y motivación para crear un ecosistema fértil.
- Arranca, ¡acción ya! Deja de esperar que las cosas pasen. Trabaja y haz que sucedan. Confía en ti mismo, si no lo intentas nunca sabrás.
Las instituciones, pymes, empresas y las personas que forman –formamos– parte de estas, necesitan entender el valor de la creatividad para resolver los problemas, para conectar la creatividad con la innovación para generar nuevos productos o servicios.
El desafío está en aplica la creatividad en todos los sectores para generar talento, empleo y, sobre todo, resolver los nuevos problemas que nos exigirán pensar fuera de la caja pero dentro de una caja mayor y flexible.
Todo ha cambiado, está cambiando y seguirá cambiando.
El futuro es hoy. Siempre es hoy
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