Desacelera para innovar
El poder del pensamiento pausado
Cómo la reflexión y la incubación de ideas pueden transformar tu creatividad en un mundo acelerado.
Vivimos en una época donde la velocidad y la productividad son altamente valoradas, pero en este constante frenesí de hacer, a menudo olvidamos el poder de la reflexión y el pensamiento pausado. Pensar no solo no mata, sino que es esencial para desarrollar ideas innovadoras y creativas.
La magia de la cursiva
Recientemente, me encontré con una reflexión fascinante sobre la escritura en cursiva. En la actualidad, la enseñanza de la escritura en cursiva ha sido dejada de lado en muchas escuelas, no por casualidad. Escribir en cursiva es un acto que obliga a traducir pensamientos en palabras sin levantar la mano del papel –un esfuerzo estimulante que permite asociar ideas y establecer relaciones entre ellas–. La cursiva, derivada del latín «currere» (correr), simboliza este movimiento fluido del pensamiento. En un mundo que prioriza la velocidad y la eficiencia, la cursiva nos recuerda la importancia de la claridad, la complejidad y la conexión entre ideas. En muchas ocasiones somos incapaces de poner las cosas en relación, y como resultado, ya no podemos pensar.
Recuperar la práctica de escribir en cursiva, no solo significa recuperar un estilo de escritura, sino también dar aliento a nuestros pensamientos.
El proceso de incubación de ideas
La incubación es el proceso durante el cual las ideas se desarrollan de manera subconsciente mientras estamos ocupados con otras actividades. Este tiempo de reposo es vital para permitir que nuestro cerebro haga conexiones inesperadas y soluciones creativas emerjan. Al igual que escribir en cursiva, la incubación nos permite asociar ideas y encontrar relaciones significativas entre ellas. Como dijo Albert Einstein, “La creatividad es la inteligencia divirtiéndose”. Dar espacio para que nuestras mentes jueguen y exploren es fundamental para la innovación.
Reducir la velocidad para fomentar la creatividad
Bajar el ritmo no solo reduce el estrés, sino que también crea un entorno propicio para la creatividad. Permitirnos un tiempo para desconectar y relajarnos puede llevarnos a momentos de inspiración inesperada. Incorporar prácticas como la meditación, el descanso activo, o simplemente un paseo al aire libre, puede revitalizar nuestro pensamiento y abrir nuevas perspectivas. Así como la cursiva requiere tiempo y dedicación, nuestra mente también necesita espacio para respirar y reflexionar.
Empresas como Google permiten a sus empleados dedicar un 20% de su tiempo a proyectos personales, promoviendo así la incubación de ideas innovadoras. Este enfoque ha dado lugar a productos revolucionarios como Gmail. Dejar espacio para la reflexión y la exploración puede conducir a avances significativos.
En tiempo de inteligencia artificial y automatización de tareas que nos empujan a ser cada vez más rápidos y productivos, es importante recordar que la reflexión y la incubación son partes esenciales del proceso creativo. Así que la próxima vez que te sientas abrumado, recuerda: pensar no mata, y tomarse un tiempo para reflexionar puede ser la clave para tu próxima gran idea.
3 consejos de aplicación práctica para fomentar la reflexión
- Agenda tiempo para pensar: bloquea períodos específicos en tu calendario para la reflexión. Este tiempo debe estar libre de interrupciones y dedicado únicamente a pensar y planificar.
- Escribe en cursiva: prueba escribir tus ideas en cursiva. Este método puede ayudarte a pensar de manera más fluida y creativa, conectando mejor tus pensamientos.
- Crea un entorno relajado: un espacio de trabajo que fomente la tranquilidad puede ser propicio para la reflexión. Lugares tranquilos y bien organizados pueden ayudar a reducir el estrés y estimular la creatividad.
Pensar no mata, nos hace creativos.
El texto original que inspiró la escritura de este artículo que estás leyendo es este:
LA LETRA CURSIVA
«¿Te has preguntado alguna vez por qué ya no enseñan a los niños a escribir en cursiva?»
Y no, no es casualidad que cada vez suelen usarlo menos. Escribir en cursiva significa traducir pensamientos a palabras; te obliga a no quitar la mano del papel. Un esfuerzo estimulante, que te permite asociar ideas, atarlas y ponerlas en relación. Ni por casualidad la palabra cursiva proviene del latín «currere», que corre, que fluye, porque el pensamiento está alado, corre, vuela. Por supuesto, la cursiva no tiene cabida en el mundo de hoy, un mundo que hace todo lo posible para ralentizar el desarrollo del pensamiento, para rellenarlo. Creo que la cursiva nació en Italia y luego se extendió por todo el mundo.
¿Por qué?
Porque era compacto, elegante, una escritura clara. Pero la nuestra es una sociedad que ya no tiene tiempo para la elegancia, para la belleza, para la complejidad; tenemos sintéticos pero no claridad, velocidad pero no eficiencia, información pero no conocimiento. Sabemos demasiado y demasiado poco porque ya no somos capaces de poner las cosas en relación.
La gente ya no puede pensar.
Esta es la razón por la que deberíamos volver a escribir en cursiva, especialmente en la escuela. Porque esto no se trata solo de recuperar un estilo de escritura, sino de volver a dar aliento a nuestros pensamientos. Todo lo que nos hace vivir, que alimenta el alma, que sostiene el espíritu, está conectado a la respiración. Sin aliento, como decían los antiguos griegos, no hay pensamiento. Y sin pensamientos no hay vida. Si es importante o no, dejaré que depende de ti… “
Todo ha cambiado, está cambiando y seguirá cambiando.
Ser protagonista implica asumir riesgos. Sin riesgos, cambiar o mejorar queda en manos de otros. A nosotros nos cuestan los cambios. Mientras tanto, los cambios se van sucediendo.
El futuro es hoy. Siempre es hoy.
Hey!, I’m Guss. Founder & Creative Director at Plums, Design and Branding Studio. Speaker & Creative Consultant. Empowering ideas to become reality.
